Aire acondicionado

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La climatización es un proceso de tratamiento del aire que permite modificar ciertas características como son la humedad, la temperatura y, adicionalmente, la pureza. Para enfriar el aire, se obtiene el calor del medio ambiente y se expulsa al exterior, manteniendo el aire fresco y propagándolo de manera uniforme a través de un sistema de ventilación. Este proceso está basado en unos principios: El calor se transmite de la temperatura más alta a la más baja, el paso de líquido a gaseoso absorbe calor y existe una relación presión/temperatura.

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Con la llegada del buen tiempo cambiamos la calefacción por el aire acondicionado. Es el momento de analizar algunos consejos que nos permitan sacar el máximo partido a nuestra instalación de aire acondicionado, a la vez que generamos un consumo más eficiente.

Al igual que sucede en el caso de la calefacción, el aislamiento es un elemento fundamental. Cuando queremos enfriar una habitación o un espacio en una casa, debemos asegurarnos de que la temperatura se conservará correctamente. Para ello, es conveniente que puertas, ventanas y cada una de sus juntas estén cerradas por completo.

Una de las cuestiones más importantes a la hora de usar el aire acondicionado es saber a qué temperatura hay que ponerlo. En este sentido lo más importante es tomar como referencia la temperatura exterior. En general, es más que suficiente programar la temperatura cinco grados por debajo de la temperatura registrada fuera del hogar.

Otro factor a tener en cuenta es la orientación del flujo de aire. Muchas personas tienen la costumbre de dirigirlo directamente hacia sí mismos. Esto es un error, porque sentiremos el aire fresco de manera inmediata pero la habitación permanecerá aún cálida.

Conviene recordar que el objetivo del aire acondicionado es adecuar la temperatura del espacio en el que nos encontramos para que sea agradable, no quitarnos la sensación de calor en un momento concreto. Por eso debemos dirigir el flujo de aire frío al centro de la estancia con el objetivo de que sea la habitación, en su conjunto, la que se enfríe y no una zona en particular.

Una buena forma de conseguir ahorrar en el consumo del aire acondicionado es evitar que permanezca encendido cuando no hay nadie en la habitación. Para ello, lo más práctico es utilizar un programador que active el sistema media hora antes de llegar a casa o a la oficina. De esta manera, conseguiremos que la estancia cuente con una temperatura agradable desde el momento en el que entramos en ella, sin necesidad de tener que activar el aire acondicionado a mucha potencia desde el principio.

Cuidar el mantenimiento del equipo ayuda a que nuestro aire acondicionado mantenga su eficiencia. En este sentido debemos evitar que haya obstrucciones de las diferentes partes que lo forman, con especial atención en las entradas y salidas de aire. Por último, es importante limpiar los filtros al menos una vez al año para evitar la acumulación de sustancias de desecho y, en caso de avería, deberemos llamar inmediatamente a un experto para que la solucione.

Con todos estos consejos garantizaremos que el uso de nuestro sistema de aire acondicionado esté en perfectas condiciones y conseguiremos que su funcionamiento sea lo más eficiente posible.

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